BELLADONA
Esta planta crece en suelos calcáreos en medio del bosque y antiguamente también se llamaba "baya de las brujas". Muy ramificada, puede llegar hasta los 90 cm. de altura. De las flores de color del óxido salen bayas negras brillantes. Todas las partes de la planta son tóxicas. El extracto de las hojas se emplea contra los calambres y para dilatar los vasos sanguíneos y las pupilas.
Alrededor del año 1035, los escoceses, capitaneados por Duncan I, derrotaron al ejército noruego haciéndole llegar alimentos contaminados con belladona. La hiosciamina es el principal alcaloide de efecto psicoactivo que contiene la planta. La concentración de alcaloides es más elevada en las bayas.
Planta herbácea y perenne, muy ramificada, mide hasta 1,5 metros de alto y puede ser glabra o glandular-pubescente. Las hojas ovadas alcanzan una longitud de 20 cm. Las flores solitarias, colgantes, campanuliformes, de color café-púrpura y de aproximadamente 3 cm de longitud, éstas poseen un mal olor característico. Producen bayas negras, lustrosas, de 3-4 cm de diámetro. Todas las partes de la planta son venenosas. Crece en matorrales y bosques sobre suelos limosos y se ha naturalizado especialmente cerca de ruinas y bardas.
Se cree que la belladona figuró como un ingrediente importante en muchos de los brebajes de brujería de la Edad Media. Hay por supuesto un extenso registro de envenenamientos accidentales asociados a la belladonna.
Esta planta tuvo un papel importante en la guerra de los escoceses, bajo Duncan I, contra el rey noruego Sven Canute, alrededor de 1035. Los escoceses destruyeron la armada escandinava enviándole alimentos a los que se había adicionado la somnífera belladona.
El prinipal constituyente psicoactivo es la hiosciamina, aunque también contiene, en cantidades inferiores, escopolamina y trazas de alcaloides menores del tropano. El contenido total de alcaloides en las hojas es de 0.4%, en las raíces de 0.5% y 0.8% en las semillas.
Atropa belladonna, es un arbusto resistente perenne de Europa, norte de África, y oeste de Asia, y se puede encontrar naturalizada en partes de Norteamérica.
Atropa Belladona ha sido siempre objeto de creencias, leyendas y fábulas de todo tipo. Fue utilizada en el antiguo Egipto como narcótico, luego por los sirios para "alejar los pensamientos tristes", pero se difunde su uso en secreto por las brujas de la Edad Media, como ya apuntamos anteriormente. Su nombre deriva del uso doméstico que hacían las damas italianas, que se frotaban un fruto de belladona debajo de los ojos para lucir hermosas (en realidad produce midriasis o dilatación de las pupilas).
Se puede reproducir mediante la siembra de las semillas o bien esquejes, aunque es más recomendable el uso de semillas. Las semillas deberán ser puestas en agua caliente unas horas antes de sembrar. Tardan un buen tiempo en germinar y requieren buena humedad y calor.
En caso de emergencia:
Un síntoma peculiar de la intoxicación por belladona es la pérdida completa de la voz, aunada a movimientos continuos e incontrolados de los dedos y las manos.
El experto en medicina herbolaria Arias Carbajal asegura en su libro Plantas que curan y matan que: “el uso de la Belladona reclama mucha prudencia, siquiera administrada a dosis un poco elevadas produzca vértigos, náuseas, dilatación de las pupilas, delirios, algunas veces inyección en la cara, alucinaciones y con frecuencia la muerte, como remate a este cortejo de funestos accidentes.” (1) En caso de envenenamiento accidental recomienda tomar lo más pronto posible alguna sustancia que provoque vomitivo, como un vaso grande de vinagre caliente o agua de mostaza, posteriormente un vaciado estomacal seguido de una dosis de magnesia, estimulantes como café cargado, y de ser necesario hay que ayudar al paciente con respiración artificial.
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